VibraFest 2019







       No cabe duda de que el aikido también es un gran forjador de carácter. Cuando llegó el día, primaveral, de la demostración, todo invitaba a a hacer cualquier cosa menos estar allí. Pero como nos habíamos comprometido ahí que estuvimos. Y si siempre sé apreciar lo mal que hago las cosas, el haber estado en el festival es el primer punto del que poder sentirme orgulloso y terminada esta experiencia poder empezar a mejorar.
 



 
   Y como yo fui el elegido para ser la cara visible y soy muy pudoroso para estas cosas; mejor unas fotos, en las que no se aprecian tanto los fallos como en los avergonzantes vídeos...
   ...De momento.




Con el maestro Osawa en Madrid 2O19


                                                            Curso de Altos Grados en la clase del viernes en el dojo del maestro Tomás S. Shihan

                                              Tres astures con el maestro Osawa
    Fin de semana de aikido. Largo en horas de entrenamiento, grabde en participantes y en maestros y altos grados sobre el tatami. Calidad y cantidad, para prender disfrutando.

    ¿Alguien de los que leen esto decidió no acudir en el último momento? Una es pena; siempre aparecen motivos que hacen que la ilusión que teníamos para acudir a ciertas actividades que nos eran ilusionantes en su planteamiento pasen a un estado nada prioritario según se acerquen las fechas, bien por cansancio, saturación o desidia. Yo tenía un truco que es fácil de aplicar: Hay que decírselo a todo el mundo. Hay que pregonarlo a todos los que nos quieran escuchar. Luego, la vergüenza "torera" no me permitía echarme para atrás cuando se acercaba la fecha y las circunstancias me ofrecían un fácil "puente de plata" que me permitía escapar con comodidad. Y digo que tenía, porque ahora ya sé que según se va acercando la fecha y la desmotivación hace acto de presencia, la experiencia me recuerda que si supero ese bloqueo volveré con la ilusión renovada; de seguir aprendiendo, de transmitir la experiencia a todos los demás compañeros, en definitiva: vivificado. Hasta que se aproxime el siguiente evento y toda la rueda anterior inicie su giro una vez más.


   
    Si a todo esto sumamos el placer añadido de ver como compañeros del club Aikiastur, a la par que amigos, dentro y fuera del dojo, van subiendo escalones, espoleándonos para que no nos quedarnos atrás, no me puedo ni imaginar como hubiera sido de habérmelo perdido. ¡Enhorabuena, José,  por tu merecido quinto dan!