Poniendo siempre el énfasis en la no violencia y el respeto al contrario, se dio paso al apartado técnico, en el que Andrés y Dani intentaros persuadir a los chavales de que no todo vale a la hora de repeler una agresión y hay que entrenar mucho para ser capaces de no dejarse llevar por la violencia y responder, a esta, de la forma más respetuosa con el atacante que podamos; con la finalidad no de vencer, sino de convencer de la inutilidad del ataque. ¡Ahí es nada!
Con técnicas rápidas y... esos movimientos... sincronizados... demostrando el trabajo de años de práctica resumidos en diez minutos... las técnicas fluían... y. ¡Vale!, sí, es verdad, se nota que yo no estuve, pero eso no quita el mérito del trabajo bien hecho y bien desarrollado. Todas estas cuestiones no se improvisan y si que pude ver el cariño y las ganas de transmitir los valores que practicamos en los más pequeños durante las sesiones preparación que tuvimos.
No creo equivocarme si digo que es la primera vez que hacemos (El Club) una demostración para niños, y la verdad es que conforman un grupo que por natural representan nuestro relevo generacional. Son un grupo en el que tendríamos que poner más mimo, pues el número de AikiAstures practicantes envejece demasiado rápido y se echa en falta el estímulo de la juventud empujando a los veteranos; y no digo hacia donde. Bueno, pues sí lo digo: hay dos opciones, o hacia adelante o hacia los lados para dejarles paso, y creo que es bueno y ayuda a poner a las cosas en su sitio.
Como decían en aquella película -también vieja 😅 "presiento que este el el comienzo de una hermosa amistad"