En JUNIO 2O2O

    Van pasando los días, y los meses. Deberíamos estar cada vez un poco más cerca de alguna parte, pero los deportes de contacto están en un limbo de expectativa en la que nadie se atreve a regular un protocolo, dada su naturaleza, hasta que se pueda asegurar una práctica más segura posible. Tememos que será cuando los niveles de transmisión en la población estén por debajo de mínimos.
    Seguimos deseando llegar a una normalidad cuanto antes, pero no será la de antes. Nos vamos adaptando y los entrenamientos, que al principio nos parecían un poco surrealistas, entre video-reuniones (Zoom) y directos (YouTube) al alejarnos totalmente de nuestro estadio de confort, se van haciendo ahora rutina; y vamos descubriendo, en comunión con todos nuestros compañeros, nuevas posibilidades que nunca al rincipio habíamos pensado que existirían, por lo que en cada clase vuelven a aparecer como cuando comenzábamos en esto, junto con un cosquilleo en la barriga que nos delata el nerviosismo, el entusiasmo ante las sorpresas que nos aguardan, junto con las ganas de seguir aprendiendo.




    A la espera que el movimiento de desescalada nos arrastre y arranquemos con nuestra peculiar normalidad seguimos entrenando juntos, pero cada día a una distancia un poco menor.