SUSPENDEMOS TODOS LOS ENTRENAMIENTOS

      Entrenamos varios días a la semana, nos preparamos físicamente para que es cuerpo aguante las duras sesiones de entrenamiento; para lograrlo nos cuidamos, y cuidamos lo que comemos, y gracias a todo esto estamos en forma. Estamos sanos. Podemos replicar que unos más que otros, pero en verdad podemos afirmar que por lo menos sobresalimos de la media.
    También es verdad que nos estrenamos en un budo y no perdemos de vista la efectividad. Trabajamos en ella puliendo los movimientos y buscando la excelencia del gesto. Si nos descuidamos podemos hasta fantasear en combates victoriosos contra enemigos, bajo el caballeresco ideal de poder socorrer al débil o al indefenso dentro de escenarios de violencia. Resulta hasta una idea muy alabada si tenemos en cuenta las tramas literarias o de películas que se imponen como ideal. Pero debemos de pensar que ni las victorias ni la protección de la integridad, propia o ajena, tienen que venir asociados a escenarios de lucha y violencia.




     En estos días tan excepcionales que nos han tocado vivir debido a la pandemia provocada por el #covid-19, tenemos la responsabilidad de ayudar os más vulnerables. Puede que nosotros estemos sanos, que podamos soportar la infección con indiferencia, pero a nuestro alrededor hay gente, amigos, familiares, que por diversos azares de la vida les resulte muy peligros, por enfermedad o por edad, pasar por una infección de este tipo. Y tenemos que ser conscientes de ello. Y Por esto, en estos días tan excepcionales, no tenemos que ser egoístas y tenemos que evitar a toda costa la posibilidad de ser nosotros los eslabones que ayudemos a transmitir el virus, saturando la capacidad de nuestro sistema sanitario, y poniendo con ello en un riesgo innecesario incluso a la gente que más queremos.