Con OCTAVIO M. en Cudillero


    Para nuestra preocupación prometía un fin de semana pasado por agua y viento. A nuestro favor estaba el echo de que ya conocíamos las bondades del lugar y aunque volvimos a cometer los mismos errores que la primera vez, esperamos que los participantes nos sepan perdonar si anteponen la intención que enmarcaba el curso junto con la fantástica experiencia de dejarse guiar por las propuestas de Octavio.
    Octavio hilvanó un curso en el que se podía ver un hilo conductor, experimentar una evolución de las técnicas, en las que nos dejaba la agradable sensación de que íbamos progresando constantemente sin apenas esfuerzo, por nuestra parte, lo que representa un gran esfuerzo, que es de agradecer, por parte de la preparación de las clases que tubo que trabajarse Octavio par que todo tuviera sentido.

    No se me ocurre más que agradecerle el esfuerzo y esperar que para próximas oportunidades sepamos transmitirle a los compañeros que no pudieron asistir el valor y la satisfacción de asistir a este tipo de encuentros. En los que no sólo prima la mejora técnica, sino en que también se trabaja el lado más solidario y la entrega y compromiso para que salga adelante un objetivo común.