Con TOMÁS y ROBERTO S. en Valladolid 2O18




 
   Siempre pasan estas cosas, uno empieza a ver el calendario de cursos muy animado pero según pasa el tiempo y llegado el momento la motivación le cede el puesto a la indolencia causada por la saturación de la vida, así, en general, y nos pone al borde de la catástrofe al poder anteponer el sopor del cansancio a la satisfacción del deseo cumplido. Quizás sólo se trate de eso, de fuerza de voluntad y forja del carácter.
    A la conclusión del curso también el pensamiento es el mismo que en otras ocasiones, el mismo que nos da fuerza para volver una y otra vez: ¡Y pensar que estuve a punto de perdérmelo!
 
    Felicitar a los que tras el esfuerzo de la preparación más el plus del desgaste por el curso superaron los exámenes de pase de grado, y a los que no lo lograron recordarles que este esfuerzo les hace subir un peldaño más y ahora, si no se dejan caer en la indolencia, les hace estar más cerca de superar esa prueba a la que se entregaron con animosa decisión.