Parece que con los años, y la práctica, parece que empiezo a poder vislumbrar los detalles del trabajo que definen al maestro Osawa. Y la clase para Altos Grados me ayudó bastaste. Al tratarse de un dojo más pequeño, incluso la transmisión es más cercana, más fácil, y sobre todo más calma en cuanto al ritmo. Quizás, si no hubiese asistido a dicha clase del viernes me sentiría aún más frustrado que a día de hoy al no poder comprender muchos de los rápidos ejercicios propuestos durante el fin de semana, pues parte del porqué de lo hicimos durante el curso nacieron, al menos en mi cabeza, en ese primer encuentro. Al igual que las dudas que me asolan.
Por si esto no fuese poco, encima,
Lo que intento decir, es, simplemente, que hay que asistir a estos encuentros. Aunque salgamos frustrados. Porque con el tiempo, una vez más, con el tiempo tendremos nuestro momento de clarividencia.
También, gracias a las dotes persuasivas de nuestro compañero Taka y porsupuesto, como no, de que sabe hablar bastante bien japonés ;-) tuvimos la oportunidad de ser grandes cazadores, no ya de autógrafos -Que es caza de tiempos pasados-, sino de fotografías, de buenas fotografías, para alimentar el recuerdo de este curso y de crear la motivación para unos de asistir y para otros de repetir.