Poseemos un cerebro que evolucionó buscando parecidos y semejanzas de entre lo que le rodeaba, y parece que le fue bien, y a nostros tampoco parece irnos mal así. Es por esto que, somos capaces de ver caras en las montañas de Marte, a Bugs Bunny en el crater de una luna de Saturno o a Jesucristo en una tostada de pan, o cualquier otra rareza que os podáis imaginar. Pues eso, que con el aikido parece que me empieza a pasar y lo comienzo a ver por todas partes. Y para muestra un botón... bueno, que sean dos:
La sutileza de un iriminage
La depurada técnica de un aiki otoshi
Empiezo a darme cuenta, viendo esto, que el tiempo que dedicó el maestro Tomás S. y posteriormente "the brothers" en el viejo pais de los padres de Cardiff empieza a dar sus frutos.