CLAUDE P. en GIJÓN

   He tenido que retrasar un poco la entrada hasta recuperar el fallido sistema digital. No por ello voy a alabar a las épocas analógicas, sino porque hasta los dígitos, los dedos (de las manos), sufrieron con la didáctica desarrollada por el maestro. ¿Con qué ejercicios?, os preguntareis, no sin motivo. Pues haber venido, afirmaré yo también con razón. No será por que no avisamos. Comentaros que, y supongo que nos pasaría a todos los privilegiados allí presentes, llegamos al final con muchas ganas de descansar -unos más que otros- para asimilar lo aprendido y recuperar al magullado cuerpo, pero con ganas de seguir disfrutando. Tras tantas horas seguidas, en las que se disfruta tanto aprendiendo, descubriendo detalles nuevos y terminar simplemente tratando de sobrevivir a la interrelación con los demás, que el cerebro debe de entrar en un bucle de cansancio y satisfacción de la que le debe de costar desprenderse.
AikiAstures más algunos empotrados que aspiran a serlo.
Nada más fácil, simplemente: ¡pagad la cuota, gañanes! 
   Pero vasta de filosofar. El resumen es que hay vivirlo con todo el cuerpo, hay que involucrarse con todos los sentidos alerta. Como resumen diría unas palabras que pronunció el maestro Claude y que definen muy bien el sentido del trabajo para los altos grados, y que no es otro que "hay que repetir mucho lo más sencillo". Si alguien vino buscando grandes alardes y prodigios técnicos espectaculares seguro que se marchó decepcionado; pero si lo que buscaba era darle sentido a los gestos cotidianos, dentro del marco de un nivel técnico estratosférico, este fue el sitio.
                                                                       
   Y si ahora tenéis remordimientos por no haber venido, ya no podemos hacer nada. Sólo os llegará de segunda mano, en el mejor de los casos, las lecciones que allí se expusieron. Pero para que no digáis que somos malos, y, si queréis estar en el recuerdo de la foto de grupo, aún os podéis apuntar, pues todavía están a punto de hacerla. Daros prisa, arreglaros rápido, poneros en el lugar que os hemos dejado libre y estad atentos, sonreíd, ¡Quietos!, que en nada saltará el flash.