
Podríamos decir que más de lo mismo por parte del maestro Roberto Sánchez, en el sentido de una madurez del trabajo propuesto que ya de mano nos dejaba encandilados, supo regular el esfuerzo para mantenernos siempre con la intensidad habitual, sacándonos de nuestros niveles de confort para dejarnos descansar en el nuevamente, mientras las dificultades si iban sumando e iban dejando un reguero de detalles técnicos por el cual poder seguir encontrando la motivación de la práctica.
Nuevamente, un auténtico privilegio poder seguirle en este camino.