En OCTUBRE 2O16

   Después de lo complicado que me resultó entender -esquemas y diagramas de flujo incluidos- sobre El "yo" que tiene experiencias y el "yo" que recuerda. Y del problema que nos surge, al buscar la felicidad, cada uno por su lado; y después de pasar un mes entrenando en un tatami nada cómodo comparado con el acostumbrado, con los inconvenientes llegados al sacarnos de nuestro pequeño estatus de confort (más pequeño, mas duro, menos luminoso, menos aireado, con prisas para llegar y marchar). Una nueva lectura vino a darme la respuesta, y continuación al anterior citado artículo, con nuevos argumentos del porqué seguimos entrenando cuando en realidad lo estamos pasando mal, incluso con más motivación, incluso después de las inercias del descanso vacacional e incluso en medio del fragor de las fiestas patronales de la ciudad.
   Pues este suma y sigue va sobre la importancia de identificarnos con un colectivo. Pero no es sólo de participar en una actividad común, como es la de la práctica del aikido; esta parte es la obvia y está asumida. Hay más y de mas transcendencia. Por un lado participamos en una comunidad de creyentes: compartimos y codificamos escenarios comunes de aprendizaje, estamos de acuerdo en supuestos escenarios técnicos hasta el punto de que ya casi ni nos los replanteamos -Los damos por comunes con todos los practicantes del mundo y esperamos respuestas iguales a iniciativas parecidas-; Tenemos codificada toda nuestra gestualidad -si tal palabra existe, que espero que sí).
   Para la inmensa mayoría de los que practicamos, el aikido, no es arte, ni una técnica depurada, ni deleite ni placer, ni para el cuerpo ni para la vista. Por lo tanto es sufrimiento, y es obsesión, y es frustración, derrota, calor o frío, comidas en la carretera y tiempos de esperas. También esto es una parte importante de las vivencias y recuerdos comunes que nos unen. De momento...
   Pero aún así, perseveramos, es algo que forma parte ya de nuestra idiosincrasia. Ya no es solo la necesidad de sentirnos afirmados perteneciendo a la identidad de un mismo corpus. Al final, creo, entrenamos, no tanto por el placer de nuestro «yo que recuerda sobre el yo que tiene experiencias», sino, -y si lo entendí bien-, tiene mucho más que ver con la lealtad (Respeto, fidelidad, principios, compromiso, etc.) para con nuestro grupo... a nuestra tribu.
A partir de hoy, propongo un nueva nueva denominación: el club de la tribu Aikiastur ;-)

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 Regresamos de un salto a la realidad con el comienzo de la nueva temporada. Retomamos los entrenamientos con nuevas albricias. Los sr. socios del club Aikiastur tendrán la posibilidad de entrenar tres días a la semana: Lunes martes y jueves. Regresando también a nuestro horario habitual, que es de 21:00 a 22:30, los tres días.



    Continuando con las actividades de nuestra asociación, Aetaiki - Aikikai de España, los días 8 y 9 tenemos a nuestro Shihan Tomás Sánchez,  junto con David Sánchez, en Gijón, celebrabrando el primer curso nacional, que tuvo a bien, impartir en Asturias hace ya 25 años. Sería imperdonable que practicando aikido y viviendo en Asturias te lo perdieras. No digo más.
También, los días 29 y 30, pero ya en Coruña Ángel L. y David S. impartiran un curso de Formación Docente necesario para los que aspiren a las titulaciones del Hombu Dojo de Fukoshidoin y Shidoin.