ÁNGEL Y TISTA EN FERROL

Crónica
---A la espera de la recepción para su publicación---


Epílogo
Henos aquí a los que regresamos a casa. Una parte se quedó y, quizás, si por ventura la suerte les es propicia y sobreviven a tal, se dignen a escribir una crónica con lo acontecido en ella. Para el resto, aquello terminado  está.
Regresamos más unidos que a la ida, más prietas las filas, más hermanados. Cansados ya de tanto batallar en tierras extrañas, para mayor gloria de no se sabe bien. Rendidos pues, de demostrar de lo único que somos capaces, de vanagloriarnos de nuestra perseverancia, de nuestra tenaz fama sudorósamente forjada, a expensas del pago en bofetadas, que sin la siquiera capacidad de imaginarse, nos infringen donde más nos duele nuestros propios señores; grandes de españa, meritorios de ser hidalgos, de hidalgos, de... esto que acordaron en llamar las Españas. Ellos solos se valen para desesperanzarnos, para humillarnos, haciendo escarnio y mofa de nuestra razón y honor. Con vergüenza ajena dejamosles facer, sin oponer resistencia miramos hacia otro lado; miestras nos gobiernan, nosotros alimentámoslos y dejámosles facer. Mientras... nos desangramos.


P.D.:
¿Qué pasa aquí?... ¿qué me perdí, de qué va esto?, os preguntaréis. Bueno, pues podéis preguntárselo a cualquiera de los tres honorables caballeros AikiAstures de la derecha (y que parecen caídos del cuadro), sobre la mofosa charla que durante el viaje de regreso se mantuvo y, sobre las impresiones que extraños compatriotas como la Duquesa de Alba o ciertos políticos nos inspiran (¡Uf! casi se me escapa un nombre).
         
            Tista